Tocaba despedirse de Sarajevo. Esa ciudad que nos ha modificado el chip que llevábamos hasta ahora, marcando el límite entre occidente y oriente medio. El viaje de Sarajevo a Split era nuestra siguiente aventura.
Eran las 10 de la mañana y como Bosnia y Herzegovina no esta en la unión europea no teníamos cobertura. Eso nos ha imposibilitado varias transacciones por internet. El código de verificación nunca llega.
Es por eso por lo que debíamos prepararnos para no llegar tarde a la estación de buses y comprar el billete de las 16:30.
La única opción de ir a Split desde Sarajevo es en autobús con la compañía croata, Croatia Bus.
En Bosnia se traduce en EuroLines. Ese es el nombre que coge la compañía para viajes internacionales.
Estábamos realmente muy a gusto en casa de Alberto, nuestro host granadino. Pero si nos dejamos llevar por el apego estaríamos aun en Francia. Hay que saber dar las gracias por todo el amor recibido y seguir.
Todos los días había hecho un sol espectacular en la capital bosnia. Incluso habíamos tenido calor. Pero el día de partida la cosa se puso espesita.
Hacia bastante frío y lo más difícil de asumir es que estaba lloviendo. Cargar como mulas debajo de la lluvia fue un motivo para odiar el viaje. No obstante situaciones así siempre nos acompañan y sabemos sacarle una sonrisa igual.
Nos pusimos nuestras armaduras contra el temporal y nos cargamos las casas a las espaldas. Cogimos el tranvía y hacia la estación de bus.
¡Listos para todo!
Consejo útil sobre el Tranvía
El transporte en B&H no es eficaz que se diga, así que el tranvía en la capital no es una excepción. Existen varias líneas. Pero todas ellas dan mega vueltas para abarcar la mayor área posible.
Eso hace que un camino que en línea recta seria cinco minutos, se convierta en cuarenta. ¡Si no quieres perder tu autobús o tu avión tenlo en cuenta!
El camino en Autobús de Sarajevo a Split
Llegamos a las cuatro a la estación. La mayoría de los asientos estaban aun libres. Compramos nuestros billetes y nos fuimos para la sección de embarque.
Fue gracioso ver como aun viendo el autobús ahí delante parado, teníamos ese miedito a que se nos fuera como en Venecia.
Al final nos montamos y emprendimos rumbo bajo la lluvia. No era nada exagerado. Lo único era a lo mejor que el cristal pudiera estar empañado y me perdiera los bellos paisajes.
En las montañas ya no llueve, nieva
Sarajevo está en un valle y para cruzar la frontera de Bosnia con Croacia desde allí tienes que atravesar los Alpes Dináricos. No esperábamos que fuera algo fuera de lo normal el viaje de Sarajevo a Split.
Sin embargo algo no cuadraba pues nos parecía una exageración pasarnos seis horas en la carretera para recorrer 200 kilómetros. Pero con el temporal que nos esperaba iban a ser pocas.
En las montañas ya no llueve, nieva
Sarajevo está en un valle y para cruzar la frontera de Bosnia con Croacia desde allí tienes que atravesar losAlpes Dináricos.
Nos parecía una exageración pasarnos seis horas en la carretera para recorrer 200 kilómetros. Pero con el temporal que nos esperaba iban a ser pocas.
El paisaje de Bosnia y Herzegovina, su mayor encanto
Al poco de salir de la capital la lluvia se convirtió en nieve. La carretera empezó a subir y a subir más de altitud.
Yo estaba en mi salsa, pues lo paisajes de Bosnia son realmente fascinantes. Podría decirse que es el país en el que he estado con menos ciudades. Más de dos edificios juntos ya es un milagro.
El resto de área es una especie de paraíso rural. Repleto de casas desperdigadas por un terreno montañoso. La diversidad de árboles y plantas se divisa por doquier.
Paisajes de ensueño.
Árboles rojos, rosas, blancos, verdes y ríos azul turquesa pintan un cuadro exquisito. Encima si le añades los copos de nieve dándole el toque blanco, pues imagínate.
Empieza la bueno en el viaje de Sarajevo a Split
Todo iba viento en popa. Mi musiquita en los oídos y un pastel divino de vistas. El sol empezó a caer y la nieve y la altitud iban en aumento.
De repente me despierto de una cabezadita y panorama al canto. Nos encontrábamos en medio de la montaña con una nevada de la ostia.
La nevada en directo.
Un camión tras otro parados en una carretera de doble sentido, ocupando todo el carril de subida.
El autobús tenía los mismos problemas. No tiraba. El conductor no podía seguir. Cada vez que arrancaba el vehículo iba hacia atrás y no hacia delante.
¿Dormimos en la carretera?
Mi cabeza ya me estaba dando las órdenes de que fuera asimilando que dormíamos en medio de la nada.
La carretera estaba llena de nieve y no había indicios de que fuera a despejarse. Al final el conductor novato se salió y el experimentado cogió las riendas.
Después de 15 minutos pudimos empezar a avanzar a 10 km/h. Pronto ya empezamos a bajar, pues Split está en la costa. Las montañas no podían durar toda la vida.
La pregunta era, ¿Acabará hoy el viaje de Sarajevo a Split?
La gran llanura blanca
Conforme nos movíamos, el paisaje cambió drásticamente. Las casitas y la naturaleza verde se acabó.
Una llanura inmensa e infinita nos rodeó por completo. Era oscuro, nevaba mucho y no se distinguía el cielo del suelo.
Parecía el apocalipsi. Tierra plana infinita blanca y sin luz era todo. No existía nada más y los seis habitantes de bus.
La sensación que me embriagó fue como el sin sentido de la vida. Pude experimentar la dependencia sobre el sentido de la vista que tengo. Sin visión nada tiene sentido.
No puedo decir que tuviera miedo o tristeza. Pero era una mezcla de emociones que me dejaron desnuda mentalmente ante el presente.
Parecía el invierno juego de tronos. Algo no muy bueno iba a suceder.
Al cabo de un tiempo, la nieve se volvió a convertir en lluvia. Las casas volvieron a aflorar y con una hora de retraso llegamos a Split.
Un puerto lleno de palmeras, con muchos barquitos con terraza en la orillas del paseo nos dió la bienvenida. La hecatombe de Bosnia había finalizado.
En el puerto de Split a la mañana siguiente, se hizo La Luz jajaja.