Me gustaría hablar de la belleza natural que esconde la isla de Quíos en Grecia, pero mi corazón ha quedado cautivado por otro tipo de emociones. Hacer un voluntariado en Grecia ha cambiado mi vida y quiero dejaros un pequeño resumen de porqué.

La situación de los refugiados que viven aquí no se puede describir. Y menos yo, que no la estoy viviendo de primera mano.

Belleza de un atardecer en la isla de Quíos, Grecia.

La contradicción que experimento

 Corazones heridos

Hoy he estado con los chicos otra vez y me vuelvo a casa habiéndoles entregado la mitad de mi corazón una vez más.

Malos, deprimidos, desnutridos, se les muren los familiares en sus países de origen, tienen cicatrices, discapacidades y mutilaciones producidas por la guerra.

Tienen historias de todos los colores. Los mas sanos fuman hasta la saciedad y beben hasta sentir algo.

Obligados a vivir en la miseria, cuando te miran a los ojos y te dicen “I crazy” te das cuenta de que te están pidiendo auxilio.

Sólo unos milímetros nos separan y entonces más que nunca siento que por solo 10 centímetros podría ser yo.

Corazones inocentes se abren ante ti

Dentro, este cuadro con marco negro alberga una pintura maravillosa. Y es que siempre llegan con una sonrisa en la boca por poder estar contigo otra vez.

Es increíblemente curioso e introspectivo, ver la calidad de la comunicación interpersonal que se genera cuando se carece de un idioma común.

La mayoría saben muy poco de inglés, y yo no se nada de árabe o farsi. Pero ante mi se a revelado la verdad. No hace falta entender las palabras para relacionarse.

El cuerpo ha pasado a ser el mecanismo de comunicación. El lenguaje corporal acompañado de palabras inentendibles permite que hablen las miradas. Obliga a abrir las puertas de la imaginación para explotar todo el potencial del ser humano.

Me siento muy afortunada porque esta experiencia me está abriendo los ojos antes las grandes carencias de comunicación que sufrimos. Tenemos la mente secuestrada por los idiomas, por las palabras.

Nos hemos olvidado de prestarle atención a la mirada, la música, los músculos de la cara, los del cuerpo y nuestra capacidad de crear nuevos sistemas de conexión.

Ver cómo uno de los chicos recrea con fichas de dominó como arrasaron su aldea en Iraq, mientras otro compañero facilita una escasa pero clarificadora traducción, es simplemente escalofriante. Él fue el único sobreviviente de su familia.

Pero no se ha olvidado de abrazar, de besar a sus compañeros y de sonreírte. Eso simplemente es una flecha directa a mi corazón.

El niño inocente está latente

 Cuando te miran, cuando te hablan en árabe, cuando bailan, cuando te explican un juego y no entiendes nada, cuando el silencio no es incómodo, nuestros niños se encuentran.

Siempre que estoy con ell@s se revela ante mi la inocencia más pura, porque solo con lo más sencillo tenemos suficiente.

Consejos de Interés

Si tu también te emociona poder hacer un voluntariado en Grecia y no sabes cómo empezar, aquí te dejamos unos consejos prácticos de como conseguirlo.