Llegar al final de tu vida derrapando y decir uuuf, ha merecido la pena. Hacer autostop por el medio oriente se acercaría bastante a eso.

El fenómeno del autostop es sin duda una asignatura muy recomendable para aquel que quiere perderle el miedo a la vida.

Y es que después de recorrernos en autostop por Turquía, el Kurdistán Iraquí e Irán, las personas ya no somos tan diferentes. Las miserias y las glorias nos unen todo lo que los kilómetros nos puedan algún día separar.

En este artículo intentamos resolver todas esas dudas que nos surgieron antes de iniciar la aventura.

hitchhike in irán

De Paveh a Ahwaz en la típica camioneta azul iraní. (una no pierde el estilo jajaj)

Autostop en Turquía

Turquía es el país del autostop y del couchsurfing por excelencia. Un solo autobús hemos cogido cada uno, y ningún hotel (pagando). Nos hemos hospedado por toda Turquía en las casas de gente, o dónde viviesen.

Acuérdate de esto. Cuanto más al este, más gente te invitará a su casa por el simple hecho de ser extranjero sin hogar.

¿Es seguro hacer autostop en Turquía?

 Nuestra respuesta es Sí.  Evidentemente ésta queda totalmente sujeta a nuestra experiencia.

No hemos tenido ninguna situación de riesgo. No obstante, más abajo, en el apartado “como afrontar el miedo al autostop” y “beneficios que me ha aportado el autostop” exponemos una visión más detallada de lo que significa hacer autostop y qué implica.

¿Es fácil hacer autostop en Turquía?

Inimaginablemente fácil. Después de la miserable experiencia con el autostop en Europa, una espera de mas de cinco minutos no cabía en nuestra cabeza.

Una vez incluso, se nos paró un coche sin necesidad de hacer el gesto del autostop en sí. Ni siquiera estábamos pendientes de la carretera. Nos pusimos a mirar el algodón “pamuk” que había en la orilla y cuándo nos dimos la vuelta, un chico ya estaba con el coche parado. Había intuido que íbamos a Sanliurfa y no dudó en cogernos.

Otra cosa muy buena de Turquía es que casi todo el mundo conoce la práctica del autostop. Están tan familiarizados con la idea de compartir trayecto aprovechando que vamos al mismo sitio, que nadie pide dinero. Aunque sean pobres o les guste el dinero, no piden.

Hasta en sitios como la Capadocia se puede practicar el autostop. De hecho, Nil hizo un artículo de cómo viajar barato en la Capadocia y allí lo menciona.

Autostop en el Kurdistán Iraquí

En Irak sólo estuvimos en la región del Kurdistán. Básicamente porque no se necesita visa. La visa para el resto del país es muy difícil de conseguir. Pero que quede en acta que nos encantaría visitar el resto de Irak, la mesopotamia profunda donde los árabes tienen la gran fortuna de vivir ahora. Aquí podréis os recomendamos este artículo de againstthecompass muy bueno sobre que ver en el Kurdistán Iraquí.

¿Es seguro hacer autostop en el Kurdistán iraquí?

 Sí. De nuevo, hablamos desde nuestra experiencia. Jugábamos con la ventaja de que ya nos habíamos recorrido toda Turquía en autostop durante dos meses. Eso hizo que nos sintiéramos mucho más seguros.

¿Es fácil hacer autostop en el Kurdistán iraquí?

Sigue siendo fácil, pero no tanto como en Turquía. Desde la frontera con Turquía tuvimos la suerte de que uno de los amigos con los que compartimos coche para cruzar, nos invitó a llevarnos.

Aunque en un primer instante parecía que el autostop no era muy popular, acabamos recorriendo toda la región de esa manera.

El primer tropezón que tuvimos fue intentando salir de Duhok hacia Amedy, donde en teoría queríamos pasar la noche. En el Kurdistán iraquí el transporte público interno de las ciudades es prácticamente inexistente. Como consecuencia padecen una plaga de taxis. Yo creo que por cada coche existen cinco taxis.

Al grano, cuando queríamos salir de Duhok, los taxis no entendían que estábamos haciendo autostop. Tampoco algunos conductores que con gestos nos decían, “pero qué queréis”.

Algunas personas que pasaban por la calle nos preguntaron que porque no cogíamos un taxi compartido. Es lo que se lleva, en teoría. Les intentábamos explicar qué estábamos haciendo autostop. Su respuesta muchas veces era que el autostop no funcionaba en el Kurdistán iraquí.

Al final un chico se ofreció ha llevarnos a la carretera principal para que desde allí fuera más sencillo coger un coche o camión. Nos acabó llevando hasta Screen, un minúsculo pueblo donde habíamos quedado con un couchsurfer.

Haciendo un inciso. Otra cosa muy típica de la zona es que te cojan para unos kilómetros y te acaben llevando unos cientos más. La primera vez alucinas, la segunda ya te lo intuyes.

A partir de allí el autostop fue muy fácil. Atribuimos eso al hecho de que a partir de Screen empezamos a transitar carreteras secundarias que iban de un pueblito a otro. Es mucho mas sencillo en esos casos. Las carreteras están mucho menos transitadas, los taxis no suelen ir por ahí y la gente concibe la necesidad de ayudarte.

Los recorridos efectuados han sido:

Screen – Amedy. Amedy – Aqreh. Aqreh – Rawandiz. Rawandiz – Erbil. De Erbil a Sulaymanyyah fuimos en el coche de un amigo, pero conocemos gente que ha hecho el trayecto en autostop.

Además, los tiempos de espera también se caracterizaron por ser muy reducidos. Así que definitivamente recomendamos la práctica del autostop en el Kurdistán Iraquí.

Autostop en Irán

Irán tenía fama de ser el país del autostop. Lo más curioso es que lo es, aunque su gente no sepa qué es el autostop.

Una gran diferencia y que creemos que se debe tener en cuenta es que, debido a la crisis económica que sufre el país algunos conductores te pedirán dinero por llevarte.

Lo que os recomendamos es que antes de montaros les hagáis saber que no queréis pagar. En persa es pul ne daram, que significa “no tengo dinero”.

¿Es seguro hacer autostop en Irán?

 Sí. Cabe destacar que nuestra experiencia se ha visto más intensificada que con el autostop en Turquía y en el Kurdistán iraquí. Algún día hablaremos de cómo nos hemos sentido en Irán. Desde luego en ese entonces el autostop no se librará de esas sensaciones.

La verdad es que dentro de Irán existen muchas etnias y diferentes culturas en convivencia. Eso es una de las razones que hacen de la gente de Irán, una sociedad intensa.

Hablando en plata y para no caer en eufemismos y rollos de persianas, el autostop en Irán se ha caracterizado por una tensión sexual relevante.

Cuando hablamos de tensión sexual nos referimos a los límites que las personas de ese país han establecido sobre el tema sexual en relación con los turistas. No sabemos bien porque se da este fenómeno en más intensidad, en relación con Turquía o el Kurdistán iraquí (donde también nos pasó alguna vez).

La cuestión es que en numerosas veces nos hicieron entender su predisposición para tener sexo con nosotros. A veces se tornaban situaciones incómodas donde preferíamos abandonar el coche.

Todo el mundo paró el coche cuando se lo pedimos y nos dejaron marchar amablemente. A veces conseguíamos hacerles entender que no viajábamos con ese objetivo y seguíamos juntos el trayecto.

A pesar de estas “malas” experiencias nunca dejamos de hacerlo. Además, potenciar que nos encontramos personas de todo tipo, pero siempre al final nos dábamos cuenta de que nos ayudaban y nos respetaban las decisiones.

De la misma forma que son intensos para unas cosas, lo son para otras mucho mas positivas. En nuestras experiencias en autostop por Irán hemos cantado, hemos comido en una rotonda, hemos recibido muchos regalos e incluso nos han invitado a sus casas a dormir y a vivir allí durante unos días.

¿Es fácil hacer autostop en Irán?

 Es muy fácil hacer autostop en Irán. Sin embargo, los coches, camiones, etc, no son de la calidad que son en Turquía o el Kurdistán Iraquí.

El bloqueo económico que sufre el país desde 2006 así queda reflejado en la carretera. No hay coches modernos, todos son viejos o marcas nacionales.

A veces me planteo como hemos podido ir en un asiento los dos apretadísimos durante 7 horas…

De Screen a Amedy en el kurdistán Iraquí, nos acababan de dejar en
su pedazo de todo-terreno tres chicas muy cools.

¿Cómo afrontar el miedo al autostop?

 Tener miedo al autostop es normal. Especialmente cuando tu contacto con esta práctica es nulo. No te preocupes yo también he tenido miedo de hacer autostop.

El miedo al autostop se pasa haciendo mucho autostop.

Llevamos más de tres meses día sí, día también en coches ajenos, con más de 100 vehículos.

Cien coches distintos implican un mínimo de 100 personas con las que compartir trayecto. Hermanos con los que probablemente no compartas ni idioma, ni cultura.

Nosotros aprendimos a hablar turco por el simple hecho de poder comunicarnos mejor en el autostop en Turquía. Cabe destacar que el inglés en Turquía brilla por su ausencia.

Después de miles de segundos expuestos a lo diferente, al “peligro” de los desconocidos, todo es mucho más ameno y cotidiano.

Si mi primer día de autostop me hubiesen ofrecido sexo con un video de las nalgas de un culo moviéndose me hubiesen dado ganas de llorar mientras pienso en mi muerte o en saltar por la ventana.

Al pasarme eso después de muchas otras situaciones, el pensamiento pasó a ser comprensivo y de hermandad, aunque no por eso tolerado.

Primero de todo confiar en que la vida te ha puesto en esa situación no para que experimentes una tragedia, sino para que superes un miedo, una limitación.

Segundo, te relajas y le das una oportunidad al hecho de tornarse positivo. Yo le expresé mi negación al acto de tener sexo con él y felizmente seguimos hablando del tiempo en España. Luego nos dejó en Yazd y nos indicó el mejor camino para entrar en la ciudad.

Con esto quiero decir, que si sientes el impulso de hacer autostop no te lo niegues por miedo. Tu alma indudablemente tiene sed de confianza y quiere que superes las limitaciones que te alejan de ella.

La humanidad y el mundo es un lugar mucho más hermoso y feliz cuando lo desconocido es tu amigo no tu enemigo.

 

Beneficios que nos ha aportado el autostop

 Nos hemos convertido en personas mucho más flexibles y tolerantes.

Tenemos más seguridad vital. La desconfianza se ha visto reducida y ahora el mundo es un lugar mucho más humano.

El abanico de personas con las que estamos dispuestos a relacionarnos ha aumentado considerablemente. Eso nos ha permitido experimentar situaciones que anteriormente rechazábamos.

Nuestra generosidad es mayor y más genuina. Ahora ayudamos por el simple hecho de que ayudar nos hace sentir bien.