Niza es un lugar tranquilo, incluso en carnaval. Disfrutamos de un día muy agradable dando un paseo por la “Promenade des Anglais”, descansando en la playa y visitando el centro. Nosotros habíamos leído la historia romana y griega de la ciudad. De hecho, su nombre proviene de la diosa Nike. A pesar de esta larga historia, las calles son de juguete.

No busquéis el casco histórico porque no lo hay. Todo está colocado para que quede bonito. Es una ciudad de postureo. No me quiero imaginar su ciudad vecina, Mónaco… Por tanto os podéis imaginar que hacer autostop en Niza no parece fácil.

Playa de Niza

De «Relax» en Niza, Costa Azul

«Promenade des Anglais», Niza

Para llegar a Niza todo había sido muy fácil, siempre en autostop desde Barcelona. Unas chicas encantadoras nos llevaron a Aviñón desde Barcelona. De Aviñón a Niza había sido más difícil. Tuvimos que coger tres coches. Esta dificultad aumentó de Niza a Milán.

A las 10 de la mañana nos disponíamos a empezar nuestro autostop en Niza. Colocados en la entrada a la A8 de Saint-Laurent-du-Var, cerca del aeropuerto, dirección Mentón, Niza Norte y Mónaco. Estuvimos más de 2 horas sin que nadie nos cogiera. Todos iban a Marsella. En esa entrada se podían coger los dos sentidos de la autopista.

No sabíamos ya donde ponernos para que los coches pararan. Nos hizo reflexionar ¿Tanto cuesta llevar a dos chicos un trozo en coche? No tiene ningún sentido el individualismo de la sociedad. Tendríamos que colaborar un poco más entre nosotros. La economía colaborativa entre personas humanas debe mover el mundo. Si “tú”, como humano, me llevas en coche, yo te explico mi viaje, te aporto conocimiento, dejo que tú me aportes conocimiento a mí. Todos salimos ganando. Pero no, la mayoría de personas creen que prefieren oír la radio a conocer personas diferentes. Esa es mi decepción.

Continuamos el autostop en Niza en la siguiente entrada a la A8 dirección Italia. Tuvimos que andar una media hora. Por el camino vimos un mercadillo ambulante y decidimos preguntar. Las personas de allí nos ayudaron, pero ninguno iba a Italia ni cerca. Una mujer incluso nos ofreció dinero, que obviamente rechazamos, pensando que hacíamos autostop por necesidad. ¡Una mujer que tenía muy poco nos ofrecía lo poco que tenía!

Llegamos al siguiente lugar, la N6202, a la altura del Club de Hípica de Niza. Allí no paraba tampoco nadie. Los coches pasaban y pasaban y nosotros seguíamos ahí. Supongo que es un buen lugar para hacer autostop, porque no puede no serlo. Espacio para parar, los coches van lentos, te ven con antelación… Pero no paran.

Después de otras dos horas esperando en esa nueva ubicación, desesperados por el autostop en Niza, paró un hombre. Nos dijo que iba a Milán pero a las seis de la tarde. Nosotros, que no teníamos esperanza, aceptamos. Quedó que nos llamaría a las cinco y media. Al cabo de media hora volvió a pasar. Me preguntó si me importaba que él recogiera a una prostituta por el camino… Con la desesperación de ir a Milán no nos importó.

Poco después, esperando a que llegaran las cinco y media, pasó un hombre alemán. Se paró. Nos llevaba hasta Bordighera, pasada la frontera italiana. Nosotros aceptamos porque el hombre con el que íbamos a ir a Milán no nos daba buena espina.

Una cosa de la que nos hemos dado cuenta haciendo autostop es que la mayoría de personas que te cogen hicieron autostop en su juventud. El hombre alemán nos contó que en su juventud hizo autostop por toda Europa. “Ahora las personas confiamos menos los unos en los otros”, dijo. Nosotros creemos que no le falta razón. Los medio de comunicación nos condicionan demasiado nuestra manera de pensar. Estamos perdiendo la humanidad, como ya he comentado antes. Avanzamos en muchos sentidos, pero en el trato humano estamos retrocediendo.

Una vez en Bordighera intentamos avanzar un poco más en el peaje pero tampoco lo conseguimos. Así que, ya a las seis de la tarde, tocaba parar y ver otras posibilidades. Por un rato pensamos en coger una noche de hostal. Pero los precios en esa zona eran excesivamente altos. Finalmente decidimos coger un tren hasta Milán, nuestro objetivo. Aquí (desde donde escribo este artículo) tengo un amigo, Ignacio, que nos ha acogido con los brazos abiertos. Nos hace sentir como en casa.

autostop niza

Desplazándose de un lugar a otro a probar suerte

Al final no fue un fracaso no poder llegar en autostop desde Niza a Milán, fue un aprendizaje:

  • No hay que aferrarse a una manera de viajar, sino que la flexibilidad aporta valor al viaje.
  • A partir de ahora los recorridos serán más cortos, no intentaremos hacer 400 km en un día.
  • Es mucho más fácil hacer autostop cara a cara en un área de servicio que en una carretera donde los coches van pasando sin pararse.
  • La cultura del autostop se está perdiendo y hay que recuperarla.

Es por este seguido de afirmaciones que nuestro viaje se ha visto alterado y en vez de ir directamente a Venecia desde Milán, haremos una parada en Verona.

estacion central de milan

¡Por fin en Milán!

galerias milan

Encuentro con Ignacio en Milán