No se si lo entenderéis

 No se si entenderéis lo que escribo, pero lo necesito.

Estando ayer en la cama, paré un momento. Todo era muy confuso. Otra vez con la sensación de querer estar en todo.

La misma que después me da la paz. Haciéndome sentir que, en el fondo, nada tiene sentido. O mejor dicho, todo tiene el mismo. Y cuando digo todo, es porque así lo siento, todo.

EL reflejo

En los últimos meses, la vida de cientos de personas ha entrado sin autorización previa en mi corazón. Y en mi mente.

Al principio sólo eran seres simpáticos con los que disfrutar el tiempo que compartíamos. Pero poco a poco, se han convertido en entes cotidianos.

En almas que te alegras de ver de nuevo. En personas que me dolerá dejar de ver, de oír, de oler… de tocar.

De las que sabes muchas cosas. Que han confiado en ti para contarte sus dolores. Esos que no les dejan dormir, que les hacen sentir abandonados por la vida, que les provocan auto vergüenza.

Cada detalle es una aguja. Especialmente cuando hay un pico negativo significativo.

Un alumno maltratado por el padre, que te dice que no quiere ir a casa esa noche…

Una alumna que la echan del hogar seguro y debe volver a la selva del campo de refugiados, sola, porque no tiene dinero….

Un alumno que se siente sólo porque no sabe donde está su familia desde hace 6 años, cuando dejó Mosul corriendo una tarde…

Un alumno que caminó seis días en pleno enero por las inmensas montañas de Afganistán, con tan solo 14 años, para escapar de la muerte. Y ahora lo quieren deportar…

Un alumno que va a intentar irse ilegalmente porque se le han acabado las opciones, y el regreso a la guerra no es una de ellas…

Un alumno que simplemente llora, porque tiene miedo del futuro…

Mil alumnos que lloran…

Una persona que llora porque simplemente no entiende nada, esa soy yo.

El miedo al futuro

Cuando cae la noche, todos esos problemas empiezan la batalla en mi mente. Porque, porque, porque, porque, porque, porque…… y sólo hay ruido. Me gustaría silencio, pero es solo un deseo, no una creencia.

Pienso en Afganistán, en Irak, en Siria, en Somalia, en Yemen, en Pakistán, en Palestina, en el Líbano. Y en cada uno de ellos siempre hay una cara, con alguna historia. Otra vez me pregunto por qué.

Luego me voy al Congo, y paso por Camerún, por Libia, por Chad. Como conozco a una mujer del Chad que ahora vive en Italia me hace pensar en Nápoles.

Nápoles me hace pensar en la mafia, que me recuerda a Pablo Escobar y entonces pienso en Colombia, el Salvador, Honduras, Panamá, Nicaragua, Venezuela.

Y me acuerdo de mis días en la selva venezolana, y de la anfiscia económica que vive el país. De nuevo me pregunto por qué.

Entonces pienso en cuantos sitios del mundo me seguiría preguntando por qué. Es ahí cuando me doy cuenta, que no es el sitio, sino yo.

Porque desde que tengo uso de razón me pregunto el por qué de la vida, de las cosas, y no hay respuesta.

Estando en el paraíso europeo, me han carcomido las mismas emociones negativas. El miedo al futuro contínuo.

Un juguete que no he tenido me ha hecho llorar con el dolor más puro…

Un amor que no he recibido me ha hecho sentir la mayor ansiedad…

Una amistad que he perdido me ha hecho sentirme completamente sola…

Un examen que he suspendido me ha hecho sentir condenada a la pobreza…

Una acción que hago obligada me ha hecho odiarme …

Una persona que llora porque simplemente no entiende nada, esa soy yo.

La realidad física es solo el reflejo

A mucha gente le parece ridículo comparar los problemas del (a mi parecer) mal llamado primer mundo con los del segundo y tercer. Hasta a mí me lo parece a veces. Pero si examino en profundidad mi experiencia no hay tanta.

Con esto no niego la trágica situación de todos los países nombrados y otros tanto que faltan. Mucho más si los comparamos con España.

Pero como digo en el artículo de EL SER, la realidad depende de nuestras creencias. Y evidentemente la humanidad en mayor porcentaje cree que el conflicto es útil.

El ser humano está anclado en el conflicto de como afrontar la dualidad y eso se expresa a nivel mundial. No soy una experta, solo me dedico a mirar el reflejo tanto individualmente como a gran escala.

Pido perdón si alguien pudiera sentirse ofendido, sólo quiero ofrecerte lo que un día a mi se me ofreció y me ha cambiado la vida.

Sólo trato de encontrar la paz. Y el único elemento que me ha dado indicios de salvación es aceptar la realidad. Dejar de evitarla.

Acepto la experiencia que me toca

Creo que la población mundial sufre los mismos enigmas. Miedo al futuro. Nostalgia al pasado. Desconexión del presente.

Nuestra mente no es buena amiga. Sin embargo, la veneramos. Le obedecemos como esclavos. Todos los problemas que he experimentado de mi vida provienen de un único origen.

Después de una exhausta indagación todo es miedo a la muerte. Mi mente crea unas expectativas para no sufrir. Y la mente no quiere sufrir porque eso significa muerte. Y la muerte no tiene sentido.

Por eso nada tiene sentido, porque todo emerge del miedo al no sentido. Aceptar el sin sentido es la salvación. Es el presente.

Yo no he experimentado la hambruna, pero…

¿Que diferencia sanadora hay, entre la persona que no se puede alimentar porque hay una guerra en el país y la persona que no se puede alimentar porque hay una guerra en su mente (anorexia)?

¿Qué diferencia hay entre el que pierde la casa porque se la quita el banco y el que la pierde la casa porque le ha caído una bomba?

¿Qué diferencia hay entre el que pierde su familia por una disputa de herencia, y el que pierde su familia por un desastre natural?

Yo misma tengo mis dudas sobre estas preguntas. Simplemente me llegan a la cabeza, cuando ni yo misma entiendo porque vivo ciertas situaciones, si no me gustan. Cuando yo misma siento emociones que no quiero. Como tenerle miedo al futuro.

La impotencia de ser lo que no quiero, de estar donde no quiero, me obliga a reconocer que nada tiene sentido. No el sentido como yo lo interpreto, por lo menos.

Por lo tanto, todo es lo que tiene que ser. Perfecto y tan sólo es mi creencia sobre lo perfecto lo que falla.

Ojalá todos aceptemos la vida que nos ha tocado, porqué es la verdadera paz. Personal y por lo tanto mundial.